La primera vacuna contra la malaria ha comenzado a aplicarse a gran escala. Han sido más de 30 años de investigaciones y cinco de ensayos clínicos en los que se ha probado su inocuidad y su efectividad; en 2015 se dio el visto bueno a un programa piloto y desde entonces se ha evaluado dónde, cómo y cuándo realizarlo. Serán inmunizados unos 360.000 niños, empezando ahora por Malawi y durante los próximos meses en Ghana y Kenia. «Es uno de los principales asesinos de los niños africanos. Hoy es un día histórico en la lucha contra la malaria», ha celebrado Pedro Alonso, director del Programa Mundial de la Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La vacuna, de nombre RTS,S, tiene una eficacia limitada, de aproximadamente un 40%, mucho menor que las de otras enfermedades para las que se utilizan estos medicamentos, como las más frecuentes del calendario en España: la efectividad de la triple vírica, por ejemplo, supera el 90%. Sin embargo, es la mejor que se ha encontrado hasta la fecha contra el plasmodium, un parásito que llega a la sangre humana a través de la picadura de los mosquitos, invade los glóbulos rojos, se reproduce y causa alta fiebre, el síntoma más típico del paludismo. Aunque en la gran mayoría de los casos no es mortal, en 2017 mató a 435.000 personas (entre 219 millones de casos), de las cuales dos tercios eran menores de cinco años. Este es el motivo por el que los niños son la diana del fármaco, que podría salvar decenas de miles de vidas cada año.
LA PRIMERA VACUNA CONTRA EL PALUDISMO
Fuentes: Science y elaboración propia. EL PAÍS
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que lidera este lanzamiento junto a los ministerios de salud de los países implicados, pretende generar la evidencia suficiente para, en su caso, ampliar el uso de la RTS,S. Se analizarán las reducciones en las muertes infantiles,