La hora de comer, de dormir e incluso nuestro tiempo de ocio se puede ver condicionado por el cambio al horario de invierno que tendrá lugar en la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre. El cambio de hora del último domingo de este mes consistirá en retrasar el reloj una hora, por lo que a las 03.00 horas serán las 02.00 horas.
Tanto en marzo como en octubre, al llevar a cabo los cambios de hora, es común experimentar una sensación como de ‘jet-lag’. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), a nuestro organismo le cuesta más adaptarse al horario de verano que al de invierno porque pierde una hora; sin embargo, el cambio de hábitos y el desajuste de nuestro reloj biológico provoca una serie de efectos en nuestra salud.
Cómo afecta el cambio de horario a la salud
El cansancio, la somnolencia, la falta de concentración, irritabilidad, o problemas de insomnio, así como dolores fuertes de cabeza como cefaleas o migrañas, son algunos de los síntomas que puede llegar a sufrir nuestro organismo cuando se produce el cambio de horario.
Estos efectos tienen repercusión a nivel personal, pero también a nivel laboral, ya que entramos a la oficina de noche y salimos de noche.