Los calambres musculares son un fenómeno que si bien no es grave, en sí mismo, puede resultar muy molesto. Además, cuando se producen de manera muy frecuente sí que podrían estar indicándonos una patología no diagnosticada.

Calambres leves

Como decíamos, por lo general los calambres en las piernas y en otros músculos del cuerpo no suelen ser un problema grave. Por ejemplo, es común que se produzcan durante o después de las sesiones de ejercicio físico, y en este caso podrían estar indicando un uso excesivo de un músculo, tensión muscular, el mantenimiento de una postura durante un período prolongado de tiempo o incluso una leve deshidratación.

En estos casos, como indica la prestigiosa Clínica Mayo estadounidense, medidas muy simples como estirar el músculo afectado, un suave masaje, la aplicación de frío o calor o la reposición de líquidos pueden ayudarnos a aliviar las molestias derivadas de los calambres musculares.

Síntoma de un problema grave

Por desgracia, en otros casos, especialmente cuando se producen muy a menudo, los calambres musculares son un síntoma de una enfermedad subyacente que sí que puede llegar a ser más grave.

Por ejemplo, en ocasiones los calambres musculares son una consecuencia de un suministro de sangre inadecuado, frecuentemente por un estrechamiento de las arterias que transportan la sangre a las extremidades (aterioesclerosis de las extremidades).

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