La crisis del coronavirus y, sobre todo, las drásticas medidas que se han tenido que tomar para frenar su expansión, han cambiado radicalmente nuestra vida de un día para otro. A todas las personas les afecta de una u otra manera y aceptarlo sin más requiere de un esfuerzo mental extra.

En los casos en los que, además tenían planificado un evento importante, como una boda, un viaje importante, la compra de una casa, etc., tener que cancelarlo puede dar lugar a un sentimiento de frustración extra.

Rafael San Román, psicólogo de la app de consultas de psicología online ifeel, nos da algunas claves para manejar la frustración generada por estos cambios inesperados.

Cuando esperamos con ansia un acontecimiento, lo preparamos con mimo durante meses e invertimos ilusión, tiempo y dinero, tener que cancelarlo de un día para otro y por causas ajenas a nosotros mismos, produce reacciones similares en todas las personas, “los pensamientos, las emociones, las conductas y las reacciones del cuerpo son las que son. No son exactamente iguales en todos los seres humanos, porque las circunstancias externas y las características individuales de cada persona las modulan mucho, pero en esencia son reacciones compartidas: enfado, tristeza, frustración, desesperanza, etc.”, nos cuenta Rafael San Román.

La intensidad y lo que tardemos en asimilar la situación depende de la capacidad de cada uno de adaptarse a los cambios y de las circunstancias, pues “no es lo mismo cancelar una boda dos semanas antes de su celebración que suspender un viaje de trabajo que te implicaba gran esfuerzo pero en el que no te jugabas nada personal relevante, o tener que decir adiós a un ansiado viaje personal en el que has invertido mucho dinero y que no sabes si podrás recuperar”.

Además, hay personas más flexibles, con más capacidad para hacer frente a los cambios y buscar nuevas oportunidades, y otras más rígidas, a las que les cuesta más afrontarlos. Estas últimas sufrirán un mayor malestar psicológico, “existen personas con una capacidad más panorámica para observar la situación; de este modo, la ven en su conjunto, no en el pequeño detalle o en lo que solo les afecta a ellos, y eso les permite comprenderla mejor. Otras personas, en cambio, tienen un ritmo más lento para aceptar los “giros de guion”, pasan más tiempo en shock o en negación y se resisten (psicológicamente) a pasar página y permanecen más tiempo en el sufrimiento que genera la frustración de un plan deseado”,

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