Normalmente asociamos el cansancio a las actividades físicas intensas, pero al mismo tiempo nos sentimos exhaustos después de un día estudiando o en la oficina. Y es que, en realidad, las actividades puramente intelectuales también pueden provocarnos un gran cansancio.

Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por el Hospital Universitario de Pitie-Salpetriere de París y publicado en el medio científico Current Biology que observó la composición química del cerebro de dos grupos de participantes, a los que se les encomendaron tareas complejas y simples respectivamente.

La importancia del glutamato

Los científicos ya tenían un nombre para el fenómeno (fatiga cognitiva, específicamente) y ya se habían llevado a cabo investigaciones previas con el fin de determinar sus causas y mecanismos. Por ejemplo, solía proponerse que las tareas complejas requerían más energía que las más simples, con lo que cansaban el cerebro de la misma manera que el ejercicio físico cansa los músculos.

Los autores de este trabajo, no obstante, buscaban alejarse de planteamientos tan simplistas para encontrar razones más profundas. Por ello, buscaron relacionar la presencia de glutamato en el cerebro con el tipo de tareas que provocan la fatiga cognitiva y con los comportamientos que se asocian a la misma.

Se sabe que el glutamato excita las neuronas y que de hecho cumple un papel fundamental en procesos como la memoria y el aprendizaje,

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