Se la conoce como la ‘dislexia de los números’ y, de hecho, es tan común como ésta entre la población infantil, sin embargo, la discalculia sigue siendo su hermana desconocida, por los pocos estudios que hay sobre ella y las muchas personas -tanto niños como adultos- sin diagnosticar.

Este trastorno en el aprendizaje de las matemáticas que se caracteriza, entre otras cosas, por la dificultad en la adquisición del sentido numérico, para el cálculo mental y el procesamiento matemático, afecta en la actualidad a un 5-7% de la población, lo que vendría a ser, más o menos, en torno a los tres millones de personas en nuestro país. Esto quiere decir que, probablemente, en cada clase de 25 alumnos uno de ellos tenga discalculia.

A pesar de su alta prevalencia entre la población y de las consecuencias que puede acarrear, todavía a día de hoy tiende a confundirse con otros trastornos como el TDA/TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad), el bajo cociente intelectual o la desidia en el estudio, por eso, es tan importante un diagnóstico precoz.

En la vida diaria podría traducirse en dificultades como leer mal la hora de un reloj o la matrícula de un coche, problemas para memorizar números de teléfono, secuencias numéricas o calcular la vuelta de una compra. En el ámbito académico este trastorno suele acarrear suspensos en la asignatura de matemáticas, aversión a esta materia y falta de autoestima.

Hay indicios que podrían indicar que un niño sufre discalculia a muy temprana edad (sobre los 4 o 5 años): problemas para comparar qué numero es mayor o menor, saber qué número va entre otros dos u olvidarse algún número cuando se cuenta hasta diez. Sin embargo, las señales más evidentes aparecen durante primaria: recurrir a los dedos para contar, dificultad para contar hacia atrás, falta de agilidad para manejar números grandes o para ubicar un número en una serie, errores a la hora de escribir números dictados, problemas para memorizar las tablas de multiplicar o dedicar mucho tiempo y esfuerzo para el cálculo mental o hacer los deberes.

Recientemente Smartick, método online de aprendizaje de matemáticas dirigido a niños de entre 4 y 14 años, ha diseñado un test online estandarizado gratuito que permite identificar de manera sencilla y rápida a los niños en riesgo de tener discalculia.

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