Los médicos de la residencia de religiosas de Torremolinos (Málaga) donde está internada Guillermina acudieron a la justicia al oponerse los hijos a lo que consideran un intolerable encarnizamiento terapéutico. Su hijo y tutor legal, Ricardo Freniche, pelea en los tribunales para que la sonda sea retirada y ha presentado un dictamen del comité ético de la sanidad pública andaluza en contra de la alimentación artificial de la madre.
Astrid cuenta crudamente por teléfono la situación, que se presentó a primeros de julio: “Mi madre ha estado los últimos años tranquila, eso sí, como un vegetal. Pero había dejado de tragar. El 10 de julio los médicos de la residencia privada San Carlos de Carmelitas Misioneras nos dieron dos horas para que los autorizáramos a ponerle la sonda. Dijeron que si no, ella moriría de hambre y sed con mucho dolor. Nos negamos y les pedimos cuidados paliativos, para que no sufra”.
Guillermina no tiene testamento vital. Ha vivido en la residencia, “donde la han cuidado maravillosamente”, coinciden los hijos, los últimos seis años. “Pero ya sabíamos que cuando llegase este momento íbamos a tener problemas”, relata Ricardo. El 15 de julio la directora presentó un escrito en el juzgado para que ordenase la alimentación forzada de Guillermina, dado que el equipo médico insistía. El informe de los facultativos atribuye al curso del alzhéimer la imposibilidad de tragar y justifica la petición porque “la paciente presenta estabilidad clínica”. Una trabajadora de la residencia ha rehusado hablar sobre el caso: “Está en manos de la justicia. Nosotros cuidamos de Guillermina”.
El día 18, la titular del juzgado de Instrucción número 2 de Torremolinos autoriza la colocación de la sonda porque consiste «en un tratamiento paliativo que podrá evitar la muerte con sufrimiento por inanición referida [por el médico de la residencia] o la muerte por asfixia descrita por el médico forense”, detalla en el auto. “Pero el médico del juzgado no examinó a mi madre”, sostiene Ricardo. El mismo día la trasladan al hospital público Virgen de la Victoria de Málaga para colocarle la sonda.