Durante muchos años, el agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) ha sido un elemento común en los botiquines de primeros auxilios para desinfectar heridas, en España y en la mayoría de países occidentales. Sin embargo, a pesar de su popularidad histórica, hoy en día se desaconseja su uso en el tratamiento de cortes y raspaduras. Estas son las razones detrás de este cambio en las recomendaciones médicas.
Efectos negativos del agua oxigenada en las heridas
El agua oxigenada es conocida por su capacidad para eliminar bacterias, lo que inicialmente puede parecer ideal para desinfectar una herida. No obstante, su acción no se limita solo a las bacterias dañinas; también afecta negativamente a las células sanas del cuerpo.
Cuando el peróxido de hidrógeno entra en contacto con una herida, no solo elimina los microorganismos sino que también destruye las células sanas que son cruciales para la cicatrización y la regeneración de la piel. Este efecto puede ralentizar significativamente el proceso de curación y aumentar el riesgo de cicatrices y complicaciones.
La Dra. Cristina Muñoz, médico de familia de Mapfre, explica: «La utilización de agua oxigenada para la limpieza de heridas está muy extendida y, si bien, no está contraindicado, sí es desaconsejable pues a pesar de tener una acción contra las bacterias, también actúa contra los tejidos saludables de la piel y células del sistema inmunológico,