Casi todas las personas han sufrido en alguna ocasión un dolor de espalda. Una mala postura, coger un objeto que pesaba demasiado, tener algún problema diagnosticado como la ciática… Sin embargo, todos estos problemas no entrañan gravedad alguna, ¿cuándo deberíamos preocuparnos?
Los médicos suelen indicar que un dolor de espalda que no es grave suele remitir en unas pocas semanas tomando algún analgésico, asistiendo a un especialista en masajes o realizando ejercicios que relajen la zona. Sin embargo, aunque los casos en los que un dolor de espalda puede indicar algo grave no son frecuentes, conviene tenerlos en cuenta por si acaso.
Desde el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS) advierten de que existen dolores de espalda que requieren de una atención médica lo antes posible. Normalmente, indican que el dolor leve puede prolongarse desde unos pocos días hasta algunas semanas (entre 4 y 12).
No obstante, cuando un dolor de espalda está acompañado de otros síntomas hay que estar alerta porque no son normales. Que se sienta rigidez, pinchazos o que el dolor se extienda a otras partes de la espalda es algo habitual. Pero, los siguientes síntomas pueden avisar de que algo más está sucediendo:
También es importante acudir al médico lo antes posible cuando el dolor de espalda aparece después de una caída o una lesión.