Las zanahorias son una buena fuente de betacaroteno, que es una fuente fundamental de la vitamina A. Pero para obtener todos los beneficios de salud de este superalimento, se necesita una enzima activa para producir esta vitamina, según un estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).
Hasta el 50% de la población tiene la variante menos activa de esta enzima, según estos científicos. Esto significa que su cuerpo es más lento en la producción de vitamina A a partir de una fuente vegetal, y podrían necesitar obtener este nutriente directamente de una fuente animal como la leche o el queso, por ejemplo.
Entender cómo se relaciona esta enzima con el colesterol tiene importantes implicaciones. Típicamente, los altos niveles de betacaroteno en la sangre están asociados con beneficios para la salud. Pero también podría ser un signo de una enzima menos activa que no está convirtiendo el betacaroteno que comemos en vitamina A.
El betacaroteno es el compuesto bioactivo que le da a las zanahorias su color naranja. Los estudios con humanos y ratones muestran que la conversión del betacaroteno en vitamina A reduce el colesterol ‘malo’ en la sangre. Por lo tanto, puede ayudar a proteger contra el desarrollo de la aterosclerosis,