Decía Woody Allen que “el sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír”. Sin embargo, en cuestiones sexuales hay temas que nos preocupan mucho más que nos divierten. La duración del coito, por ejemplo, es uno de los que más quebraderos de cabeza provocan ya que lo que se idealiza raramente suele coincidir con lo que se practica.

Así hombres y mujeres confiesan que la duración ideal de una relación sexual debería ser de unos 25 minutos (el tiempo que suelen necesitar ellas para llegar al orgasmo) pero la realidad es que para la mayoría de las parejas la media de tiempo que invierten en el coito es de unos seis minutos (según publicó en 2005 el Journal of Sexual Medicine).

Pero, ¿es realmente tan importante la duración del coito? Según explican los sexólogos, debería preocuparnos más cómo entendemos el acto sexual que el hecho en si de durar más y consideran un error que a las parejas les preocupe sobremanera cómo alargar la penetración antes de la eyaculación sin tener en cuenta la satisfacción que también se obtiene en los preliminares. La periodista especializada en sexualidad y milenials Rachel Hills lo describe muy bien en su libro El mito sexual, donde considera que cuando idealizamos que el coito dure toda la noche no queremos que en realidad se alargue en el tiempo sino en que sexo sea lo más placentero posible para ambas partes.

Si aún así estamos decididos a buscar recursos para durar más en la cama y alargar la llegada de la eyaculación, los especialistas recomiendan poner en práctica alguno o varios de estos consejos:

Los preliminares pueden convertirse en la excusa perfecta para relajar la excitación inicial además de ayudarnos a conectar mejor con la pareja, añadir un extra de placer y alargar el tiempo de la relación sexual aunque el coito en si dure lo mismo.

Aunque el edging se ha puesto de moda en los medios de comunicación recientemente esta práctica se lleva años recomendando en las consultas de los sexólogos. Su objetivo es obtener un mayor control sobre el propio cuerpo y consciencia sobre las emociones que se experimentan durante las relaciones sexuales. ¿Cómo se consigue? Relajándose, concentrándose en las sensaciones y, sobre todo, identificando el momento en que se está llegando al límite para ponerle freno antes de que pase.

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