Más de 8,5 millones de personas en todo el mundo padecen párkinson, una condición neurodegenerativa que causa problemas motrices y cognitivos.
Hasta el momento, los científicos no han logrado averiguar por qué aparece la enfermedad. Sin embargo, la literatura sí que ha logrado relacionar la patología con bajos niveles de ciertos neurotransmisores como la dopamina o la norepinefrina en el organismo. Adicionalmente, se conocen algunos factores de riesgo (como la edad o las lesiones cerebrales traumáticas) que aumentan las probabilidades de que una personas desarrolle la condición.
Un producto común
Precisamente, entre estos factores de riesgo algunos investigadores están empezando a incluir la exposición a ciertas sustancias químicas, tales como los pesticidas o los que componen la contaminación del aire en los entornos urbanos. En este sentido, un nuevo estudio publicado en el medio especializado Journal of Parkinson’s Disease ha encontrado evidencias que relacionan el desarrollo del párkinson con la exposición a un producto químico comúnmente empleado para lavar ropa, el tricloroetileno.
Se trata de un producto químico líquido a temperatura ambiente y sin color que no se produce de manera natural, con un olor que recuerda al del cloroformo. Es frecuente su presencia en diversos productos e industrias, como la limpieza en seco comercial, el desengrasante para metales, las toallitas limpiadoras,