El trasplante de cara es, actualmente, un procedimiento pionero: por ahora, sólo se han realizado unos pocos en todo el mundo. Y es que, aunque dificultado por cuestiones técnicas y legales, se trata de una estrategia con un gran potencial para disminuir el sufrimiento de las personas que han sufrido graves daños en el rostro.
Así lo atestigua Mitch Hunter, un varón de 42 años estadounidense que es de hecho el protagonista del tercero de esos trasplantes, y que responde preguntas y cuenta su experiencia en diversas redes sociales y foros de internet.
Un accidente de coche
Tal y como explica el propio Hunter, la historia se remonta a cuando tenía tan sólo 21 años y, tras una noche de fiesta se vio envuelto en un accidente de coche. Su vehículo se estrelló contra una torre eléctrica y el joven sufrió varias quemaduras severas en la cara y otras partes del cuerpo cuando hizo contacto con un cable que envió una corriente de 10.000 voltios a través de su cuerpo.
Aunque es milagroso que sobreviviera («mi sentido del humor me salvó», dijo Hunter en Reddit), estas quemaduras, de hecho, le desfiguraron la cara y requirieron la amputación de una de sus piernas por debajo de la rodilla.
Durante un tiempo,