En España existe un gran debate en torno a la idoneidad de prohibir el uso de teléfonos móviles en las aulas, acusándolos de ser responsables de la falta de atención, los malos resultados académicos y el desinterés generalizado de gran parte de los jóvenes. Muchos países han introducido ya políticas para restringir su uso en las escuelas, para mejorar tanto la salud mental como los resultados educativos.
El último de los estudios que se ocupan de analizar la situación, llevado a cabo en la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y publicado por el periódico Lancet, ha evaluado el impacto de las políticas de teléfonos escolares comparando los resultados en adolescentes que asistieron a escuelas que prohíben y permiten el uso de teléfonos. Contra todo pronóstico, no hay evidencia de que las políticas escolares restrictivas estén asociadas con un bienestar mental de los adolescentes.
Una investigación con resultados inesperados
Los hallazgos de este nuevo estudio de la Universidad de Birmingham, que compara más de mil estudiantes de secundaria de 30 centros públicos de Reino Unido con y sin prohibición de usar el móvil, no aportan evidencia que respalde el uso de políticas escolares que prohíban el uso del teléfono durante la jornada escolar en su forma actual, e indican que estas políticas requieren un mayor desarrollo para ser realmente eficaces,