Un estudio internacional con la participación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ha avanzado en la comprensión de las bases genéticas del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) al identificar variantes del ADN y, en concreto, 25 genes asociados al riesgo de desarrollar esta afección mental, que podrían servir como dianas terapéuticas.
El trabajo, publicado este martes en Nature Genetics y liderado por la Universidad de Dalhousie – de Canadá-, ha sido el primero en lograr un progreso sustancial en la identificación de ‘loci’ de riesgo genético, es decir, las ubicaciones específicas en un cromosoma donde las variantes del ADN están asociadas con una mayor susceptibilidad a una enfermedad o característica específica.
De este modo, ha identificado 30 regiones específicas del ADN asociadas a un mayor riesgo de TOC. A partir del estudio de estas regiones, 249 genes, ha detectado que 25 mostraban una fuerte asociación con la patología. Asimismo, revelan que el TOC está genéticamente relacionado con otros trastornos psiquiátricos, incluyendo el síndrome de Tourette, la anorexia nerviosa, ansiedad y depresión.
«Nuestros hallazgos respaldan la idea de que el TOC surge de una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales», ha indicado el investigador principal del estudio y titular de la Cátedra de Investigación de la Universidad de Dalhousie,