El impuesto catalán a las bebidas azucaradas envasadas es, según un estudio, «una medida eficaz de salud pública que alarga y mejora la calidad de vida de la población, y que reduce los costes sanitarios». Según el informe, elaborado por el Institut Català d’Avaluació de Polítiques Públiques (Ivàlua) y presentado este miércoles, el impuesto implicaría un ahorro sanitario en Cataluña de entre nueve y 63 millones de euros en 75 años, y aumentaría en hasta 9.300 años la esperanza de vida para el conjunto de la población catalana. El reglamento de este impuesto fue declarado nulo la semana pasada en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que dio la razón a las empresas distribuidoras y de restauración. La Generalitat ha defendido la vigencia de la tasa, que se sigue recaudando al no ser una sentencia firme, y ha anunciado este miércoles que recurrirá la sentencia.
Ivàlua es un organismo participado por la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la UPF, que se encarga de evaluar la eficiencia de las políticas públicas. El estudio presentado este miércoles parte de dos estudios, realizados desde que empezó a recaudarse este tributo, que indican que el consumo de bebidas azucaradas se ha reducido a causa del impuesto. El primer estudio cifra la reducción en un 15,4%, mientras que el segundo en un 2,2%.
Partiendo de estos dos escenarios, el Ivàlua analiza cuál sería el impacto de este impuesto en el coste sanitario y en la calidad de vida de la población catalana en los próximos 75 años. En el escenario en el que la reducción es mayor, el total de ahorro sanitario sería de 63,3 millones de euros, mientras que en el escenario más prudente el ahorro sería de 9,01 millones. En el ámbito de la salud, el estudio analiza la reducción del consumo de azúcar y su impacto sobre el índice de masa corporal, y lo asocia a las enfermedades que pueden derivarse del consumo de azúcar. Con una reducción del 15,4%, Ivàlua calcula que en 75 años el conjunto de la población catalana tendrá 9.390 años más de vida;