Cada 12 de marzo tiene lugar el Día Mundial del Glaucoma, una fecha en el calendario destinada a tomar conciencia sobre una enfermedad ocular que causa ceguera si no se diagnostica a tiempo y que se calcula que afecta en nuestro país a un millón de personas, la mitad de ellos sin diagnosticar. El glaucoma es, además, la segunda causa de ceguera en el mundo después de las cataratas y la segunda causa de ceguera legal en España después de la degeneración macular.
Para comprender mejor esta patología, su prevención y su tratamiento, hablamos con el Dr. Gonzalo Muñoz, Director Médico de Clínica Baviera.
La parte anterior del ojo está llena de un líquido transparente llamado fluido intraocular. Cuando este fluido no se drena correctamente provoca que aumente la presión intraocular (PIO), que es el principal factor de riesgo para la aparición del glaucoma, que es, básicamente, “una enfermedad del nervio óptico, la conexión entre nuestro ojo y el cerebro. Cuando este nervio no tolera bien la propia lesión, puede lesionarse y producirse una neuropatía óptica glaucomatosa o glaucoma”, cuenta el Dr. Muñoz. Esto provoca una pérdida progresiva de visión que es, además, irreversible, porque el daño producido en el nervio no se puede revertir.
El principal problema del glaucoma es que las personas que lo padecen no notan esa pérdida de visión hasta que el nervio está muy dañado, “tiene que haber aproximadamente un 60% de pérdida de fibras de nervio para que el paciente se dé cuenta de que tiene un problema de visión. La pérdida es progresiva y muy lenta y cuando ya quedan muy pocas reservas funcionales es cuando el paciente lo nota”, explica Muñoz, “por eso se le llama la ceguera silenciosa, porque cuando el paciente acude manifestando síntomas, ya está muy afectado el campo visual y hay zonas por las que ya no ve. Al final se produce lo que se llama la visión en escopeta, que es cuando el paciente solo ve por la parte más central de su campo visual. Es capaz de distinguir detalles muy pequeños, pero de cosas que están más lejos, y eso le imposibilita llevar una vida normal”.
Al ser una enfermedad que cursa sin síntomas en sus primeras fases y que provoca un daño muy grave e irreversible, lo mas importante para evitar sus consecuencias es el diagnóstico precoz,