Mayor tiempo al aire libre, altas temperaturas, piscina, playa, ropa más ligera… Con la llegada del verano, el papel de nuestra piel como el ‘escudo’ del cuerpo que actúa contra los agentes externos se vuelve más importante que nunca.
Con todo, los expertos señalan que cada tipo de piel responde de una manera diferente al sol en función de su genética: “Así como hay quienes son más propensos a tener acné, psoriasis o dermatitis, la genética también determina la predisposición de una persona a ponerse moreno, quemarse o la aparición de manchas, más incentivado en la temporada estival”, indica Sandra Ferreiro, responsable del área científica de la empresa especializada en test genéticos ADNTRO.
Adaptarse a las necesidades individuales
Esta experta explica que cada persona tiene diferentes necesidades de cuidado de la piel, por lo que es importante adaptarse a las condiciones individuales.
Por ejemplo, la respuesta al bronceado de cada uno viene dada por un aumento de la producción de melanina en los melanocitos estimulada por la radiación ultravioleta. Esta se puede conocer a través de test genéticos que determinan la predisposición genética comparada con el resto de la población.
También es posible conocer la tendencia a las quemaduras de nuestra piel. La experta de ADNTRO afirman que “las personas de piel clara,