Las patologías digestivas suelen ser difíciles de diagnosticar con precisión únicamente en base a sus síntomas, por lo que suele ser necesario que el paciente se someta a varias pruebas más o menos invasivas, como la colonoscopia o la endoscopia superior.

¿Qué es una endoscopia superior?

Como señalan los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos, la endoscopia superior es un procedimiento de imagen que se usa para observar el revestimiento interno del tracto digestivo superior (el esófago, el estómago y el duodeno, por lo que también puede llamarse esofagogastroduodenoscopia).

En esencia, consiste en introducir un largo tubo flexible a través de la boca hasta el área que se quiera observar, para lo cual actualmente se considera que es preferible sedar al paciente.

Teniendo en cuenta la magnitud del procedimiento, no es de extrañar que sea necesaria una cierta preparación.

Antes de la prueba

El paciente no deberá comer ni beber nada en las ocho horas anteriores al examen. Igualmente, deberá consultar con su médico si toma alguna medicación de manera habitual, ya que podría requerirle que no la tome en ese mismo periodo de tiempo.

Al realizarse actualmente el procedimiento con sedación, será necesario que el paciente acuda acompañado de un adulto que pueda llevarlo de vuelta a su casa al terminar.

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