Las piedras o cálculos renales son trozos sólidos de un material similar al de una piedra por su aspecto que se forman en el riñón cuando existen niveles elevados de ciertas sustancias en la orina. Aunque en pocas ocasiones provocan un daño renal permanente y desaparecen por sí solas, sí es cierto que pueden estancarse en las vías urinarias, bloquear el paso de la orina y generar un intenso dolor e incluso sangrado.

Se trata de una afección común entre la población y se forman cuando hay niveles altos de minerales como el calcio, el fósforo y el oxalato en la orina. Existen cuatro tipos diferentes, siendo las más comunes las piedras de calcio y oxalato. Otro tipo de piedras son las de ácido úrico que se forman cuando la orina esta demasiado ácida, mientras que las piedras de estruvita (magnesio, amonio y fosfato) pueden aparecer cuando se padece una infección urinaria. Por último, las piedras de cistina están compuestas por esta sustancia química producida de forma natural por el organismo y su frecuencia es bastante baja.

El dolor agudo en la espalda, en la parte baja del abdomen o en un lado de la zona lumbar es uno de los principales signos de alarma de las piedras en el riñón. Como detallan en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIDDK,

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