Las mujeres que entran en el periodo de la menopausia, en torno a los 50 años, sufren una serie de síntomas más o menos conocidos como pueden ser los sofocos, la ganancia de peso, la hipertensión, el descontrol de las cifras de glucosa… provocado por la caída de estrógenos. Sin embargo, a estos desajustes hay que sumar uno que, en la mayoría de los casos, no se conoce tanto pero que es tremendamente molesto.
Nos referimos al denominado ‘frozen shoulder’ o ‘hombro congelado’, una anomalía que afecta al hombro, provocando dolor, y que podría durar incluso años. Esta vez también es la pérdida de estrógenos la responsable de esta capsulitis adhesiva que sufren un gran número de mujeres en España cuando comienzan la menopausia.
El ‘hombro congelado’ y los cambios hormonales
Esta lesión que afecta a las mujeres a partir de los 50 años, la capsulitis, está provocada por una inflamación en el tejido conjuntivo (de ahí su nombre, porque se forma una cápsula) en torno a la articulación que rodea el hombro. Al inflamarse, esta afección provoca una deficiencia importante en la movilidad del brazo, lo que repercutirá en la calidad de vida al impedir realizar las tareas diarias más básicas.
Los expertos relacionan, en cierta forma, los cambios hormonales que se producen durante la menopausia por la disminución brusca de estrógenos,