El café es una de las bebidas estimulantes más consumidas en todo el mundo y por una buena razón. Son millones las personas que lo toman diariamente para beneficiarse de la energía que proporciona un alcaloide particular que contiene: la cafeína.
Con todo, el café no es la única fuente de la que puede obtenerse esta sustancia, sino que existen algunas alternativas para aquellos que no sean fanáticos de la infusión marrón. Estos son algunos ejemplos significativos.
Chocolate
La presencia de cafeína en el chocolate es completamente natural, ya que son las propias bayas de cacao las que la contienen. Esto, por tanto, implica que la concentración de cafeína en un chocolate determinado está directamente relacionada con su concentración de cacao; siendo el negro en el que va a ser más alta y el blanco, que a menudo no se elabora con cacao, en el que va a ser más baja.
Matcha
El matcha japonés es una forma de té (derivado, por tanto, de las hojas de Camellia sinensis) en polvo. Esta especie contiene también cafeína en su composición de manera natural, y en el caso del matcha su concentración es superior a otros tipos de té por la forma en la que se elabora.
Con todo,