Durante más de 15 años, el médico y epidemiólogo Kurt Straif (Stuttgart, Alemania, 1956) ha dirigido el programa de monográficos de IARC, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este órgano intergubernamental es el responsable de evaluar el potencial cancerígeno de las sustancias o comportamientos (“agentes”, en lenguaje de la IARC) sospechosos de causar la enfermedad. Sus grupos de trabajo, compuestos por equipos internacionales de expertos, revisan la solidez de las evidencias pero no valoran en qué dosis podrían ser peligrosos los agentes considerados, ni emiten recomendaciones explícitas.
Durante el mandato de Straif, la IARC ha publicado monográficos influyentes y en ocasiones polémicos, como el que declaró la carne procesada un carcinógeno confirmado para humanos (grupo 1), o los que sitúan a la carne roja y al herbicida glifosato como probables causantes de cáncer (grupo 2A). Este mes, Straif ha recibido el Integrity Award de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE), un galardón que solo se concede si la ocasión lo merece, en este caso por demostrar “integridad excepcional frente a las presiones de intereses especiales”. Retirado de la IARC, Straif se encuentra ahora en Barcelona como investigador asociado en ISGlobal, el Instituto de Salud Pública impulsado por “la Caixa”. EL PAÍS lo entrevista tras recibir el premio.
Pregunta. La semana pasada, la revista Annals of Internal Medicine publicó cinco revisiones científicas sobre el consumo de carne roja y carne procesada. Los autores concluyen que no comportan un riesgo importante para la salud y rechazan la recomendación de la OMS de reducir el consumo de ambos alimentos. ¿Está de acuerdo?
Respuesta. No, no estoy de acuerdo con su interpretación de los datos. Los autores de esa revisión infravaloran la evidencia de estudios observacionales y dan demasiada importancia a los estudios experimentales. En un análisis epidemiológico de cáncer, es muy importante tener un alto contraste en la exposición al agente para apreciar su efecto: en este caso,