Los frutos rojos o frutos del bosque forman un grupo de alimentos comestibles entre los que se encuentran las moras, los arándanos, las frambuesas, las fresas, las ciruelas o las cerezas, entre otras muchas frutas que crecen en pequeños árboles o arbustos y que, en la actualidad, se cultivan.
Comer frutos rojos aporta diferentes nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, por lo que es muy beneficioso su consumo diario, algo a aprovechar, sobre todo, cuando están de temporada.
Uno de los ejemplos de frutos rojos más conocidos son las fresas, cuya temporada va desde el inicio de la primavera y hasta bien entrado el verano. Esta fruta, que tiene bajo contenido energético, aporta vitamina C, antocianinas y ácidos orgánicos, según la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Aunque la naranja es la fruta más conocida a la hora de hablar de vitamina C, lo cierto es que las fresas aportan mayor cantidad de este nutriente. También son fuente de diversos ácidos orgánicos, entre los que destacan: el ácido cítrico,
ácido málico, oxálico, y también contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico.
Por último, es una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, por la presencia de antocianinas, sino también a la presencia en su composición de polifenoles y de la vitamina C,