Aunque hoy sabemos de sobra que los comportamientos de estilo de vida poco saludables están asociados con un mayor riesgo de sufrir diversas enfermedades crónicas y morir, esto no fue siempre así. Los primeros estudios para medir esa relación de manera estandarizada se enfocaron en tres parámetros: el seguimiento de la alimentación mediterránea, el número de años practicando el hábito de fumar y el índice de masa corporal. Después, a lo largo de este siglo, los expertos han trabajado con múltiples índices.
Buscando el índice ideal
En mayo de 2024, el grupo de la científica iraní Elaheh Dehghani, de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán, seleccionó cinco herramientas:
Cuestionario de estilos de vida saludables. Contempla la dieta equilibrada, el respeto por los horarios de comida, la reducción del consumo de tabaco y alcohol, la mejora de los hábitos de descanso y aumento de la actividad física.
Índice de estilo de vida de los adolescentes. Está basado en el consumo de agua, la actividad física, la protección solar, las relaciones sociales, la búsqueda de aire limpio, los hábitos alimenticios, los comportamientos de riesgo y los hábitos de ocio.
Índice de estilo de vida vegetariano. Evalúa el consumo de los siguientes componentes de la dieta: granos enteros,