El fidgeting es un anglicismo cada vez más sonado en España que cataloga los movimientos inusuales y socialmente poco reconocidos que algunas personas tienen incorporados de manera inconsciente. Fidget significa “inquietud”, las personas que practican el fidgeting son inquietas por naturaleza, en gran medida esta tendencia depende de la genética y ello explica en parte el grado de involuntariedad que supone.
¿Cómo afecta el fidgeting a la vida diaria?
Según un estudio publicado en Scientific Research es frecuente que personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y/o trastorno del espectro autista (TEA) experimenten fidgeting. La investigación concluye que los movimientos repetitivos y manipulación de objetos mejoran la concentración de las personas afectadas por estas enfermedades y regulan su energía.
Aunque es habitual en personas con este tipo de trastornos, el fidgeting puede manifestarse en cualquier individuo, e influye directamente sobre las actividades del día a día.
Aunque se pueden usar multitud de elementos, existen objetos específicos para gestionar el fidgeting en ámbitos laborales y educativos, como la pelota antiestrés, los cubos de rubik o los pop it, especialmente populares entre la población infantil.
Son muchas las personas sienten la necesidad de realizar movimientos reiterados para poder llevar a cabo ciertas tareas,