Los psicólogos afirman que nuestro cerebro está programado para dar prioridad a las malas noticias. Este fenómeno tiene un nombre en psicología: se llama doomscrolling, y los expertos aseguran que va en aumento. Cada vez más personas hacen gala de un consumo excesivo y obsesivo de las noticias negativas a través de sus dispositivos móviles.

Para entender el término, diremos que procede de ‘doom’ (condena), y ‘scrolling’ (acto de desplazarse hacia abajo con el dedo en redes sociales). En la pandemia, se hizo muy visible esta tendencia puesto que los ciudadanos buscaban constantemente actualizaciones sobre la tragedia sanitaria. Ahora ha vuelto, con usuarios en bucle en busca de informaciones impactantes y alarmistas.

La obsesión por la información al instante, un fenómeno en alza

Hoy en día, el doomscrolling tiene el campo abonado gracias a los dispositivos electrónicos de bolsillo, internet, las redes sociales y un gran número de usuarios alimentados por la necesidad de inmediatez, también en cuanto a las noticias. Los ciudadanos quieren estar informados constantemente, en concreto de todo lo referente a los conflictos mundiales o el cambio climático.

Las redes sociales favorecen (y mucho) que esta búsqueda de la inmediatez se convierta en una adicción imparable, gracias a muchos factores, entre ellos su atractivo diseño de presentación.

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