A todos nos preocupa el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. No obstante, no todas las deficiencias y patologías físicas las vivimos de la misma manera.

La prioridad número uno es que estemos vivos, por lo que, lógicamente, órganos como el cerebro, los pulmones y el corazón gozan de nuestro interés de una forma preferencial. En relación al resto, y aunque no sean absolutamente vitales, que los engranajes biológicos que intervienen en nuestra fisiología sexual funcionen adecuadamente genera muchas inquietudes. En el caso concreto del sexo masculino, que no tenga lugar una correcta erección se puede llegar a vivir como un auténtico drama.

Pero ¿qué ocurre en otros animales? ¿También manifiestan problemas de erección?

The Conversation

¿Qué es, fisiológicamente, una erección?

En condiciones normales, un entorno propicio para la práctica sexual activa el sistema nervioso autónomo, lo que provoca el aumento de los niveles de óxido nítrico (un vasodilatador) en las arterias trabeculares y en la musculatura lisa del pene. La consecuencia es la afluencia de sangre a los cuerpos cavernosos peneanos y, en menor medida, al cuerpo esponjoso. Simultáneamente, los músculos isquiocavernoso y bulboesponjoso comprimen las venas de los cuerpos cavernosos, restringiendo la salida y circulación de esta sangre hacia fuera del apéndice copulador.

Como consecuencia de la apertura de la puerta de entrada de sangre y el cierre de las de salida,

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