La ciencia sabe sobradamente que trabajar mientras la mayoría de las personas duermen puede ser dañino para la salud mental, pero por desgracia muchos se ven obligados a adoptar estos horarios. Ahora, un nuevo estudio ha encontrado que adaptar los horarios de las comidas puede reducir el riesgo de padecer trastornos depresivos o de ansiedad en estas personas.

El efecto protector de comer durante el día

Tal y como explica un artículo publicado en la revista especializada PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), las interrupciones del ‘reloj biológico’, el sistema que regula la alternancia entre sueño y vigilia (ritmos circadianos) tienen comprobados efectos negativos sobre el estado de ánimo y el bienestar emocional.

De hecho, existen personas que ni siquiera tras años desempeñando el turno nocturno llegan a adaptarse completamente a él. Los efectos, incluso, parecen ser más graves cuanto más tiempo pasa un trabajador con dicho horario.

Sin embargo, ciertos servicios siguen siendo necesarios durante la noche, por lo que es importante encontrar medidas que puedan minimizar el impacto para la salud de los trabajadores que tengan que ofrecerlos.

Y parece que un buen horario de comidas podría ayudar a conseguirlo. La idea se basa en el hecho de que los ritmos circadianos alteran el equilibrio hormonal del cuerpo y en que las comidas en horario nocturno parecen interferir en este proceso,

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