En las primeras semanas de la pandemia del coronavirus, una de las esperanzas que había era que con el avance de la primavera, la llegada del verano y las altas temperaturas, el coronavirus se debilitara. Pero no sólo no ha sido así, sino que en muchos lugares del mundo, se está viviendo ya una verdadera segunda ola. ¿Por qué el verano no ha derrotado al virus?

Como recuerda Gizmodo, muchas enfermedades respiratorias son estacionales: es el caso de la gripe. Fue el motivo por el que muchos pensaron que el coronavirus se comportaría igual. Tenía, además, una base científica: el virus está recubierto por una capa grasa externa, la membrana lipídica, que suelen degradarse por las altas temperaturas. Además, los rayos UV del sol matan muchos virus. Pero frente a esto, ha habido otros factores, que han superado el efecto verano.

Así, el nivel de inmunidad del coronavirus es mucho más bajo que el de otras enfermedades. Es nuevo y no encuentra a personas resistentes en su deambular por todo el mundo.

«La falta de inmunidad de la población termina siendo el factor clave que impulsa la propagación de nuevos virus como el SARS-CoV-2. Este factor se sobrepone a cualquier señal del clima. Cuando todos son susceptibles a contraer un nuevo virus,

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