El crecimiento de las ciudades, el cambio climático, la destrucción de los hábitats naturales, la globalización del transporte de personas y animales y el posible desarrollo de armas biológicas son factores que explican que el número de brotes epidémicos anuales se hayan triplicado desde 1980. Son conclusiones del nuevo cuaderno del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Emergencias pandémicas en un mundo globalizado: amenazas a la seguridad, publicado ahora y que ahonda en la amenaza de las enfermedades infecciosas en el siglo XXI.

El informe de este instituto dependiente del Ministerio de Defensa se comenzó a elaborar tras la crisis del ébola, que dejó alrededor de 15.000 fallecidos entre 2014 y 2019, y la del coronavirus le pilló en la imprenta, pero los autores han coincidido en destacar que lo que está ocurriendo era previsible y que su rápida propagación responde a los modos de vida de la sociedad actual.

En este cuaderno la analista María del Mar Hidalgo apunta la «preocupación» existente entre los científicos «por el aumento de los brotes epidémicos que se está produciendo en los últimos años». «El número de enfermedades nuevas por década se ha multiplicado por cuatro durante los últimos 60 años, y desde 1980 el número de brotes por año se ha triplicado», afirma para exponer las razones de la aparición de nuevas epidemias y su rápida extensión.

La hiperconectividad y movilidad de un mundo globalizado, apunta, consigue propagarlas de una forma nunca vista. Como ejemplo, el médico José Luis Puerta explica que la peste del siglo XIV tardó 3 años en alcanzar toda Europa, a razón de 5 kilómetros diarios, mientras que en 2003 el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) llegó desde Hong Kong hasta Canadá en un vuelo de 24 horas.

Otro factor de difusión es el aumento de la población y su concentración en las ciudades (se espera que en 2050 un 66% de la población viva en las urbes), explica Hidalgo. En países en desarrollo se trata de un crecimiento masivo, mal planificado y con escasez de recursos, condiciones idóneas para la extensión de enfermedades que se unen al envejecimiento de la población, más indefensa ante las epidemias.

A modo de ejemplo, el doctor Puerta destaca la falta de higiene en amplias áreas del planeta.

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