En España, la convivencia intergeneracional se ha vuelto cada vez más común debido a factores como la crisis financiera y el alto precio de la vivienda. Sin embargo, un reciente estudio ha revelado que esta situación puede tener un impacto negativo en el bienestar de las madres españolas de entre 50 y 75 años, especialmente cuando se trata de convivir con hijos varones mayores de 30 años.
Según datos de la Encuesta Financiera de las Familias, parte del Plan Estadístico Nacional, la convivencia con hijos adultos puede generar ansiedad y frustración en las madres, quienes suelen asumir una mayor responsabilidad en el cuidado del hogar y la familia.
María José Gil-Moltó, Profesora Titular en Economía en la Universitat Jaume I y autora del estudio publicado en Social Science & Medicine, explica en The Conversation: «Las madres tienden a responsabilizarse más de mantener los lazos familiares, cuidar de otros miembros del hogar y realizar una mayor parte del trabajo doméstico. En estas circunstancias, parece plausible que el peso de la carga de la convivencia con hijos adultos recaiga más sobre ellas».
Las madres tienden a responsabilizarse más de mantener los lazos familiares, cuidar de otros miembros del hogar y realizar una mayor parte del trabajo doméstico.
Los resultados del estudio muestran que las madres experimentan un deterioro considerable en su bienestar cuando conviven con hijos mayores de 30 años.