Llega la hora del baño, quitas los calcetines a tu hijo… y el olor a queso fuerte invade el baño. Pero que no cunda el pánico. Que los pies de los niños huelan tiene explicación.

El olor a pies en los niños es una situación muy común y, aunque puede sorprender, sobre todo si son pequeños, no suele ser un signo de que haya algo grave detrás. Los pies, como otras zonas del cuerpo, tienen glándulas sudoríparas que producen sudor. En los más pequeños, sobre todo cuando empiezan a andar y están todo el día de un lado a otro, ese sudor se acumula, especialmente si llevan calzado cerrado durante muchas horas.

¿Y el sudor huele mal?

El sudor es producido por dos tipos de glándulas. Por un lado las glándulas ecrinas, presentes en casi toda la superficie del cuerpo y activas desde el nacimiento y que producen un sudor claro y acuoso.

Por el contrario, las glándulas apocrinas, que se localizan en ciertas zonas del cuerpo como las axilas, las ingles o los pies producen un sudor espeso rico en lípidos y proteínas, los cuales son metabolizados por las bacterias que todos tenemos en la piel, generando compuestos volátiles que son los responsables del mal olor. Estas glándulas apocrinas comienzan a funcionar con más intensidad a partir de la pubertad,

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