Normalmente, las personas experimentan una bajada de tensión más o menos brusca al ponerse de pie (por eso algunas personas pueden sentirse mareadas cuando lo hacen rápidamente). Sin embargo, si al mantenerse en esa posición se produce una subida de tensión, puede que estemos ante un signo patológico.

Relevancia para el resto de la vida

Así lo concluye un trabajo publicado en el medio científico Hypertension, editado por la Asociación Americana del Corazón: en las personas de entre 18 y 45 años de edad con hipertensión, una elevación de la misma al mantenerse de pie indicaba un riesgo elevado de eventos cardiovasculares mayores como infarto o ictus en el futuro.

Según los autores, este hallazgo evidencia la pertinencia de medir la tensión sanguínea al estar de pie para ajustar el tratamiento a la situación de cada paciente, aconsejando cambios de hábitos más radicales a los pacientes que muestren esta respuesta tensional a mantenerse en pie.

De hecho, sucede que en esta demografía son muchas las personas que desconocen que tienen la tensión elevada, a pesar de que son varios los estudios que han arrojado que actuar sobre el problema en esta franja de edad es determinante en la salud más adelante en la vida.

Lo contrario a lo habitual

Para llegar a esta conclusión,

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