Según confirma la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la flexibilidad y la movilidad van disminuyendo progresivamente según vamos cumpliendo años. Si a eso sumamos que, con el envejecimiento, suelen irse abandonando las prácticas deportivas, la rigidez y las molestias articulares se multiplican, con lo que ello significa en nuestra salud y bienestar general.
Por supuesto, no se trata de hacer un ejercicio extenuante con 60 años, pero sí de mantener unas rutinas diarias que eviten que los músculos se acorten, las articulaciones ‘se oxiden’ y nuestra capacidad de movimientos sea cada vez más limitante para la calidad de vida. Hoy proponemos cinco maneras de estirar eficaces para estar en forma a cualquier edad y conservar la autonomía.
1. Desbloquear el movimiento natural de los hombros
El primer ejercicio de estiramientos recomendado es el que se ocupa de la parte superior del cuerpo, desbloqueando la rigidez de los hombros y evitando que se formen contracturas por las malas posturas. Este movimiento se puede llevar a cabo tanto de pie como sentados (eso sí, con la espalda recta siempre).
Con los brazos situados en vertical a ambos lados del cuerpo, tomando conciencia de bajar los hombros lo más posible, inspiramos profundamente y al mismo tiempo subimos en bloque ambos hombros,