El Índice de Masa Corporal (IMC) es una medida comúnmente utilizada para determinar si una persona tiene un peso saludable. Como indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), «el cálculo es relativamente simple: consiste en dividir el peso, expresado en kilos, entre la estatura, en metros, elevada al cuadrado (kg/m2)».
También conocido como BIM (Body Mass Index) o IQ (Índice de Quetelet), alrededor de este indicativo ha habido mucha polémica en los últimos tiempos, pues ciertos estudios y profesionales insisten en que tener un IMC por debajo o por encima de lo recomendado no es sinónimo de una salud deficiente a causa del peso, ni de otros problemas derivados.
Mito 1: El IMC es una medida precisa de la salud
El IMC es una medida útil, pero no siempre precisa, de la salud. Aunque se tenga en cuenta la altura y el peso de la persona, no así otros factores importantes como la composición corporal o la distribución de grasa. Esto significa que una persona con un IMC alto no necesariamente tiene un exceso de grasa corporal, mientras que una persona con un IMC bajo no tiene por qué ser saludable necesariamente. Esto sucede, a menudo, en el caso, por ejemplo, de los deportistas y atletas de élite.