Los hidratos de carbono son los peor parados cuando se trata de mantener la figura. Parece ser que no tienen cabida si se desea perder peso y entre los mitos que rodean a estos almidones, azúcares y fibra presentes en muchos alimentos se encuentra el de que engordan si se consumen a la hora de cenar. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto?
La verdad es que no, de hecho, poco importa el momento del día en el que consumamos los carbohidratos siempre que no sobrepasemos el límite recomendado. Además, no todos son válidos. Hay carbohidratos complejos (los buenos) que incluso «pueden protegernos frente al aumento de peso», según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
¿Qué ocurre con los carbohidratos simples? Están presenten en las galletas, donuts, pan, refrescos y, por tanto, no son nada saludables. Estos son los carbohidratos que se deben evitar, aunque no solo en la cena, también durante el resto del día. Su consumo tiene que ser muy ocasional para dejar espacio para los complejos (arroz, patatas, cereales enteros, etc.).
Eliminar los carbohidratos de la cena por creer que engordan, puede hacer que empiecen a desaparecer de nuestra dieta. ¿Esto es bueno? Desde la Clínica Universidad de Navarra (CUN) explican que no. Pues,