Mientras hay vida hay músicaINMA FLORES

Dejó dicho el filósofo alemán Friedrich Nietzsche que sin música la vida sería un error. Hasta el mismo final, cabría añadir. Aurelio Rodríguez del Río, músico, tenor, pasó a formar parte del coro de Radio Televisión Española en 1966, y ahí estuvo casi cuarenta años. “Nunca dejé de cantar. Desde niño”. El niño nació en San Martín de Valdeiglesias (Madrid), en 1942, y una vez sirvió café al torero Luis Miguel Dominguín; de paso, junto a doña Ava Gardner (“una mujer guapísima”), por la casa de huéspedes que regentaba su familia.

Aurelio no cantó entonces para Ava Gardner, pero ya cantaba “hasta debajo de la ducha”. Es lo que siguió haciendo cuando ingresó, a principios de enero y tras romperse el fémur en una caída, en el Centro de Cuidados Laguna de Madrid, donde se atiende a pacientes de ortogeriatría; también a enfermos crónicos, muchos de ellos en fase terminal. “No tuve más que ver el piano para que se me ocurriera hacer un concierto”. Eso fue lo que sucedió en la mañana de ayer, con la complicidad de los trabajadores y voluntarios del centro, en lo que llaman la fiesta de los viernes.

Se trata de una costumbre del centro con la cual internos y familiares asisten a actividades y espectáculos espoleadas por voluntarios (de música, de magia…). Porque se trata de recordar que, aunque la muerte ronde cerca, hay que celebrar todo lo que la vida tiene mientras dura. “Es lo que nos mueve a todos”, reflexionaba Alonso García –psicólogo, director del equipo psicosocial que interviene en el Centro Laguna a través del programa de Obra Social La Caixa–: aportar todo lo que se pueda, “aunque sea duro”, para dar un sentido a todo hasta el telón último. Se trata de un programa de atención a personas con enfermedades avanzadas que ha cumplido ahora diez años, implantado actualmente en 18 centros hospitalarios y socio-sanitarios en toda la Comunidad de Madrid, y que incluye no solo a los pacientes sino también a los familiares.

La música dio todo el sentido a la vida de Aurelio del Río: “Ha sido mi vida.

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