En el último año, la princesa Mett-Marit de Noruega se ha visto en la obligación de reducir su agenda oficial por problemas de salud. Sus últimas apariciones le han servido para hablar de la enfermedad que padece: una fibrosis pulmonar crónica. «Ahora me siento más cansada que antes y tengo que cuidarme más de lo que solía hacer», dijo en una cadena de televisión noruega esta semana.
La entrevista fue grabada durante su paso por Fráncfort, en Alemania, donde asistió a la feria del libro de esta ciudad, en el que Noruega ha sido el país invitado. Allí la princesa expresó su optimismo ante su nuevo estilo de vida: «Tengo más poder de decisión sobre mi vida diaria, y eso es muy bueno para mí. Puedo salir a pasear, y tengo más tiempo para leer. Es como si mi vida hubiera disminuido la velocidad». Su familia la apoya «totalmente» y no siempre puede acompañarlos, como ha sucedido esta misma semana con su marido, el príncipe heredero Haakon de Noruega, que acudió solo a la ceremonia de entronización del emperador Naruhito, que se celebró este martes.
Mette-Marit se ha centrado en los últimos meses en su faceta literaria, siendo editora del último libro del escritor noruego Geir Gulliksen, Heimatland (Patria), sobre la identidad del país en el siglo XXI. En esta publicación, Mette-Marit habla acerca de la cuestión noruega pero también deja ver detalles de su vida privada que no habían trascendido hasta ahora. La princesa es una ávida lectora y por eso se ha decidido a coordinar este volumen. Ya lo dijo en una entrevista en 2014 al medio Dagens Næringsliv, como ahora recuerda el diario Dagbladet: «Mi mayor deseo era que la gente entendiera que soy una persona que lee mucho y que tiene buen gusto». En las páginas del libro habla por ejemplo de lo difícil que fue su infancia, su decisión de raparse el pelo cuando estaba en el instituto y que a los 16 años se marchó sola a viajar por Australia.