Medio millón de españoles van camino de sufrir una enorme e irreversible pérdida de visión que, incluso, puede terminar en ceguera. Padecen glaucoma, una grave enfermedad ocular degenerativa, pero aún no lo saben porque es un mal silencioso, que apenas muestra síntomas hasta que ya es demasiado tarde.

Estos son los cálculos del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España, que advierte de que la única forma de luchar contra esta dolencia degenerativa, que una vez avanza ya no tiene vuelta atrás, es la detección precoz y el tratamiento temprano, por lo que reclama a la población de mayor riesgo que se haga controles médicos preventivos.

«El glaucoma es una enfermedad ocular que va dañando lentamente el nervio óptico, de forma que la zona periférica del ojo va dejando de transmitir las imágenes al cerebro y el paciente acaba teniendo visión de tubo», detalla la doctora Catalina Navarro, del Servicio de Oftalmología del Hospital Sanitas CIMA de Barcelona. El avance de los daños en el nervio óptico sin tratamiento condena al paciente a una gran pérdida de visión en las áreas periféricas e incluso a la ceguera en un 5% de los casos, aproximadamente. El glaucoma es, de hecho, la segunda causa de invidencia en el mundo, tras las cataratas, pero es el primer motivo de pérdida de visión total irreversible.

«Inicialmente la enfermedad cursa sin síntomas aparentes, pasando inadvertida hasta que aparece la lesión del nervio óptico y la consiguiente pérdida de campo visual. En ese momento ya no podemos recuperar la visión perdida, pero sí podemos detener el proceso de degeneración visual. Esto hace que el diagnóstico precoz sea el factor clave», explica Navarro. El colegio de ópticos, de hecho, recomienda a todos los mayores de 45 años acudir anualmente a que les midan la presión intraocular, uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad, «una prueba -aclaran- que se puede llevar a cabo en cualquier establecimiento sanitario de óptica».

 » Leer más