Mara Parellada es una de las principales expertas que hay en España sobre el autismo. Especialista en Psiquiatría del Niño y del Adolescente, trabaja en dicho servicio del Hospital Gregorio Marañón de Madrid desde el año 2000. En 2009 creó AMI-TEA, un programa que hoy sigue coordinando y que pretende “romper barreras”, al incorporar a todas las especialidades médicas y adaptar, individualizar y protocolizar la atención que los pacientes con este trastorno reciben. Con motivo de su décimo aniversario, la doctora habla con 20minutos de esta iniciativa, en marcha en la Comunidad de Madrid y única en España, y de los avances en esta afección.¿Qué valoración hace de esta década? Ha tenido mucho éxito. Hemos pasado de no tener pacientes a tener 3.000 en curso. La valoración es positiva también para los profesionales implicados, que han visto que si adaptan los horarios en los que reciben a estos pacientes y cuándo, dónde y cómo se acercan a ellos obtienen mucho mejor la información que necesitan para sus diagnósticos y tratamientos. El programa atiende a todas las edades en la Comunidad de Madrid e intentar romper las barreras que hacen que no reciban la atención pública y universal en las mismas condiciones que el resto. ¿Es único en España? En otras comunidades hay algunas iniciativas asistenciales más acotadas, pero no un programa como tal que intente incorporar a todas las especialidades y adaptar, individualizar y protocolizar la atención a estos pacientes, para intentar romper todas las barreras que hacen que no tengan la atención pública y universal en las mismas condiciones que el resto. ¿Se trabaja también con los familiares? Son imprescindibles a la hora de aportar la información. Las personas con autismo muchas veces no manifiestan sus problemas sanitarios igual que los demás. No dicen dónde les duele, si mejoran… y necesitan traductores, que son los familiares y los educadores que les conocen. Además, son los familiares los que mejor pueden informar sobre comorbilidades importantes para el funcionamiento diario, como los problemas de sueño, que pueden interferir en el funcionamiento diario, estabilidad emocional y rendimiento, tanto de los niños como de sus padres.¿Los adultos con autismo han sido los grandes olvidados? El problema es que cuando eran niños no se conocía bien el autismo y se les daba mucho más peso a los aspectos sociales, educativos. En esos ámbitos se desarrollaron más servicios y estaban más atendidos.

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