La vacunación es “el principio del fin” de la pandemia, así lo ha defendido el Gobierno en numerosas ocasiones. Ese principio ya tiene fecha, pero mucho menos claro está cuando culminará el camino que se comenzará a recorrer el próximo domingo. Un plazo que dependerá, en buena medida, de que la participación voluntaria en la campaña de vacunación sea masiva.
El Gobierno está tratando de generar confianza en la población sobre la seguridad de la vacuna a falta de poder vender el incentivo del pasaporte inmunitario que muchos dieron por hecho.
Los que opten por vacunarse tendrán que seguir cumpliendo las mismas restricciones que el resto ante el desconocimiento que aún se tiene sobre si la vacuna evita también la transmisión del coronavirus a otras personas.
“La capacidad de inhibir la transmisión por parte de una vacuna significa que, a nivel de nasofaringe, erradique la colonización del virus, pero no todas las vacunas hacen eso”, explica un portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph). “Si no elimina la colonización, el paciente está protegido, pero puede seguir transmitiendo la enfermedad”.
Ninguna de las tres vacunas que llegarán primero a España -Pfizer y BioNTech, Moderna y AstraZeneca- han testado en sus ensayos clínicos esta particularidad,