Llega la temporada de calor, las actividades lúdicas, los campamentos, el intercambio de toallas y gorros… ¡Y los piojos no se quieren perder ningún plan! Aunque estos parásitos pueden pasearse a gusto por la cabeza de los niños durante todos los días del año, su época dorada coincide con la llegada del buen tiempo y el verano.
Bajo este contexto, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, desmonta los 3 mitos más extendidos sobre estos insectos parasitarios, y descubre cómo actuar y cuáles son los remedios con base científica para eliminar estos odiosos inquilinos de cabecitas. ¡Y de una vez por todas!
Desmitificando los mitos
1) Los piojos no vuelan, ni saltan de una cabeza a otra como si fueran pequeños saltamontes
Estos parásitos solo corretean, pican y se multiplican en la cabeza de su huésped (que no es poco). La transmisión de estos insectos parasitarios está condicionada a aspectos de conducta. Se transmiten por contacto cabeza con cabeza o a través de objetos que han estado en contacto directo con el pelo y el cuero cabelludo (peines, toallas, sábanas, gorritos y accesorios…). Es por eso por lo que los niños los tienen más a menudo: porque juegan y comparten. El contacto físico es la clave.
2) Los piojos no delatan suciedad o dejadez
A estas alturas,