Alberto Barbado es médico de familia en el Centro de Salud Villa de Vallecas (Madrid). Desde la primera línea de la atención sanitaria explica que durante el último mes ha tenido que lidiar junto a sus compañeros con la falta de material para atender con seguridad la avalancha de pacientes que han llegado con patologías respiratorias con motivo de la expansión de la pandemia causada por la Covid-19.

«Al principio teníamos material pero poco y pronto se agotó. Seguimos con problemas de escasez de equipos de protección individual (EPI) y de mascarillas. La solidaridad e ingenio de la gente -que nos han traído mascarillas hechas con compresas o pañales- y del equipo -nos hemos fabricado viseras con carpetas- ha hecho, a veces, más. Esta semana nos han enviado una circular para que limpiemos y reutilizemos los EPIs no utilizados con pacientes de Covid-19«.

En España, casi 27.000 sanitarios se han infectado del nuevo coronavirus desde el inicio de la pandemia, esto es, el 15% del total de casos confirmados hasta la fecha (172.541). Según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) entre el 11 y el 14 de marzo, el 41% de los encuestados afirma que no puede seguir los protocolos de seguridad de Ministerio porque no tiene el material necesario y el 37% no tiene material para proteger a los pacientes. Además, el 58% de los sanitarios preguntados cree que su nivel de protección frente al coronavirus en su lugar de trabajo es insuficiente.

Barbado cuenta que «son muchos los ejemplos: una vez llegaron unos EPIs de manga corta y tuvimos que ponernos bolsas para cubrir el resto del brazo«. Lamenta que «nuestro caso no es excepcional, hay problemas en todas las comunidades. En general, algo ha fallado, no es por un gobierno u otro», considera.

Reconoce también que «algunos compañeros tenían miedo de ir a Ifema por la falta de protección» y la desorganización inicial, algo que considera «normal al principio de montar cualquier hospital de campaña».

En el centro de salud donde trabaja, como en la mayoría de los centros madrileños, en la entrada han colocado una mesa de triaje donde el personal sanitario y administrativo pregunta a todo aquel que entra para derivarlo a la ‘zona limpia’ de Covid o la ‘zona sucia’.

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