Empecemos por mencionar lo que no deberíamos tener: medicamentos caducados o que hayan sobrado de tratamientos anteriores. No te preocupes, es algo muy habitual que se queden en el cajón de nuestro botiquín. Pero ocupan un espacio innecesario. Con el riesgo añadido de que, algún día, nos confundamos y los tomemos sin verificar que siguen en buenas condiciones.

El control de las caducidades en las farmacias es muy estricto. Puedes aplicar un sencillo protocolo también en casa y, de vez en cuando, revisar las caducidades y el estado de conservación de los productos sanitarios y medicamentos que tengas guardados. Aparta todos los caducados y aquellos que vayan a caducar en breve, pero ¡no los tires a la basura! Llévalos al punto SIGRE de una farmacia para su correcta gestión y reciclaje.

Dónde guardar el botiquín

Otro aspecto que debes tener en cuenta es dónde guardas el botiquín. Los lugares con elevada humedad o cercanos a fuentes de calor no serían adecuados porque comprometen la estabilidad de los medicamentos (y, por tanto, su efectividad). Por tanto, guardarlos en la cocina o en el baño no es buena idea.

Fuera del alcance de los niños

Debes procurar, también, que esté siempre fuera del alcance de los niños para evitar cualquier ingestión accidental.

Otro error habitual es guardar el fotoprotector de la temporada pasada hasta el verano siguiente.

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