Una nueva investigación arqueológica ha desvelado que el cáncer no es una enfermedad moderna y ya existía en la Edad Media, donde padecer un tumor maligno no era tan raro como se pensaba.
El estudio, llevado a cabo por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha sido el primero en utilizar rayos X y tomografías computarizadas para detectar la evidencia de cáncer entre los restos óseos de una población preindustrial. Los hallazgos, publicados en la revista Cancer, sugieren que entre el 9 y el 14% de los adultos en la Gran Bretaña medieval padecían esta enfermedad en el momento de su muerte.
Para los investigadores, los datos señalan que la prevalencia del cáncer antes de la era industrial era hasta diez veces más alta de lo que se pensaba anteriormente. En investigaciones previas, las tasas históricas de cáncer se limitaban a examinar el exterior del hueso en busca de lesiones, lo que arrojaba una conclusión de que el cáncer era raro y afectaba a menos del 1% de la población.
«La mayoría de los cánceres se forman en órganos de tejidos blandos desde hace mucho tiempo degradados en restos medievales. Solo algunos cánceres se diseminan a los huesos, y de estos solo unos pocos son visibles en su superficie,