Se estima que en la actualidad unas 470.000 personas en España tienen trastornos del espectro autista. Pero a pesar de esta considerable cifra, ¿están preparados los entornos y los edificios para ser accesibles y seguros para las personas con TEA? ¿Cómo afecta la arquitectura al autismo? ¿Y qué características debe tener un diseño para ser amigable con las personas que viven con este trastorno? A todas estas preguntas intentó dar respuesta recientemente la jornada Accesibilidad cognitiva, arquitectura y autismo organizada por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD).
“Muchos de los problemas que nos encontramos como familias van muy asociados a los trastornos del espectro sensorial”, explica la psicóloga especialista en acompañamiento a la discapacidad, Vanesa Pérez Padilla, quien desde su blog y cuenta de Instagram @ydeverdatienestres lleva años visibilizando su día a día como madre de un niño con autismo severo.
«Vemos muy limitadas nuestra alternativas de ocio. Te acabas quedando en casa por no someter a tu hijo a ese momento de tensión»
“Son niños que tienen muchísima hipersensibilidad a los sonidos y a las luces, los espacios en los que hay mucha gente les generan mucha ansiedad… ¿Qué sucede? Un centro comercial, por ejemplo, es un espacio inviable para nosotros. Ellos lo perciben como un lugar nada amigable.