Los confinamientos domiciliarios que se aplicaron en numerosos países del mundo en el año 2020 a causa de la pandemia de coronavirus fueron una medida dolorosa para la población y difícil de llevar. Sin embargo, salvaron millones de vidas.
Más de tres millones de vidas
Así lo arroja un estudio del Imperial College de Londres llevado a cabo con datos de 11 países europeos, que estima que solo en el conjunto de estos países se evitaron más de tres millones de muertes.
Para ello, los investigadores esencialmente se basaron en el cálculo estadístico a partir de las reducciones en la transmisión de la enfermedad que se observaron en estos países a raíz de los confinamientos.
Estas reducciones se compararon, a su vez, con un modelo de lo que hubiera podido ocurrir en ausencia de intervenciones (a su vez, elaborado básicamente a través de las poblaciones de los distintos y las tasas de reproducción y mortalidad del virus antes de los confinamientos en esos mismos países) que tiene en cuenta las importantes fluctuaciones entre los datos de cada país.
Así, de media, se obtiene que la tasa de reproducción del virus descendió, de media, un 82% en todos los países (con importantes variaciones entre unos y otros).
Una herramienta para el futuro
Tomando estos cálculos como referencia,