Los bulos y los mitos no son algo nuevo. Sin embargo, las nuevas tecnologías ayudan a extenderlos con mucha más facilidad. Los hay sobre cualquier tipo de tema que se nos pueda ocurrir, aunque algunos son más peligrosos que otros. Entre los que pueden ser más perjudiciales están aquellos que tienen que ver con la salud, explica Esther Sanper, licenciada en Medicina, máster en Biotecnología biomédica y doctora en ingeniería Tisular Cardiovascular, en su libro Si escuece, cura. 50 malas prácticas de salud al descubierto (Cálamo, 2019). Estos son algunos de los mitos más comunes.

Los cepillos de cerdas duras limpian los dientes mejor

Solemos pensar que si nos cepillamos los dientes de forma más enérgica lograremos eliminar mejor los restos de comida y las bacterias, y dejarlos más limpios y relucientes. Y qué mejor para conseguirlo que uno de esos cepillos con las cerdas duras, perfectas para arrastrar la suciedad, ¿no? Pues no, es una concepción errónea. Aunque varias marcas siguen fabricándolos, los dentistas recomiendan utilizar cepillos de dientes con cerdas suaves porque no agreden las encías y limpian bien la boca. A las personas con problemas de esmalte o dientes sensibles se les aconseja usar cepillos «extrasuaves».

El problema con los de las cerdas duras, explica Sanper en su libro, es que pueden llegar a dañar la salud bucal: «Mantener una buena higiene bucal no es una tarea libre de riesgos. Existe la posibilidad de ‘erosionar’ los dientes». Por ello es «tan importante hacerlo tanto con la técnica adecuada como con el cepillo adecuado». Los cepillos de cerdas duras incrementan el riesgo de dañar el esmalte y de provocar sangrado de las encías.

Los únicos casos en los que se recomienda el uso de este tipo de cepillos, según los resultados de un estudio reflejados en el libro son aquellos «con una higiene bucal pobre, que tienen mayor riesgo de caries, placa y sarro, y para limpiar las dentaduras postizas».

Debes realizarte una limpieza bucal cada seis meses o un año

Otro gran mito sobre la higiene bucal es la necesidad de hacerse una limpieza cada seis meses o un año.

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