Los artificieros de la policía participan en el diseño de un detector del coronavirus en los objetos
Miembros del equipo de artificieros y expertos en la defensa contra las amenazas nucleares, radiactivas, biológicas y químicas de la Policía Nacional (Tedax-NRBQ) toman parte en el diseño de un prototipo capaz de detectar el virus SARS-CoV-2 depositado sobre superficies de distintos materiales, mediante el uso de tecnologías ópticas ya existentes combinadas con inteligencia artificial (IA). El Instituto de Salud Carlos III financia este proyecto con fondos de la Convocatoria Extraordinaria de Proyectos de Investigación sobre el SARS-CoV-2 y la enfermedad Covid-19, en el que también participan investigadores de organismos radicados en Andalucía.
Según explican desde esta iniciativa, el objetivo es «desarrollar un prototipo portátil» para la detección y visualización de la presencia del virus en superficies. Este aparato «combinaría sistemas de lectura de imágenes multiespectrales, tanto en el rango óptico -de ultravioleta a infrarrojo térmico-», así como «métodos de análisis mediante óptica computacional e inteligencia artificial».
Y es que con este ingenio se podrá realizar «el análisis rápido y sin contacto de las zonas contaminadas por medio de la generación de mapas de distribución espacial de estas imágenes en el campo de visión captado por el dispositivo», detallan desde el proyecto. De esta manera se tendría «un gran avance» para la limpieza y descontaminación de dispositivos médicos e instalaciones, con vistas a la reducción del contagio por contacto. Y aquí es donde entran los agentes del Tedax-NRBQ como especialistas en coordinación operativa y realización de pruebas en entornos generales
El equipo de científicos, liderado por Emilio Gómez González, director del Grupo de Física Interdisciplinar de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla, trabaja en un dispositivo solo para superficies y de manera que «no contempla pruebas en pacientes, ni interferirá en los procedimientos clínicos, de diagnóstico o tratamiento de la Covid-19».
Las mayores dificultades del proyecto «radican tanto en la escasa información de que se dispone acerca del virus -en cuanto a sus características físicas,